La naturaleza es implacable y en el reino animal, los depredadores buscan a sus presas hasta poder devorarlas. Pero a veces, las víctimas encuentran en los humanos unos inesperados aliados.

Es lo que le ocurrió a una foca que estaba siendo acorralada por un grupo de orcas cerca de la costa de Seattle, en el noroeste de Estados Unidos. La fotógrafa de vida silvestre Charvet Drucker se encontraba en un barco alquilado de seis metros de eslora cerca de su casa en una isla en el Mar de Salish, a unas 65 km al noroeste de Seattle.

Drucker avistó una manada de al menos ocho ballena orcas. Los movimientos coordinados de las orcas y los coletazos que golpeaban el agua sugerían que estaban cazando. Drucker usó el zoom de su cámara para divisar una foca común que intentaba huir.

Para sorpresa de

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