El primero que llamó al servicio de teleasistencia avanzada de la Generalitat Valenciana fue el propio afectado. “Tengo medio metro de agua en casa”, le dijo a la operadora del servicio. Vivía en Catarroja, y tenía una movilidad reducida al 66%, según confirmó su hija en una de las siguientes llamadas, múltiples, que durante la tarde fue realizando al mismo servicio preocupadísima por su padre. Es la nueva historia transcrita de la tragedia de octubre pasado en Valencia que revela el sufrimiento de quienes no pudieron salvarse y el de sus familiares, desesperados por intentar conseguirlo.

A la víctima le recomendó la operadora, tras esa primera llamada, que intentara “ponerse en un sitio alto. Voy a llamar a sus hijos, ¿de acuerdo?”. El hombre ya presumió que “a lo mejor no pueden venir e

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