Lionel Messi volvió a ser protagonista con la selección argentina al marcar un golazo en el amistoso ante Angola, ampliando la ventaja al 2-0 y confirmando su vigencia absoluta en el fútbol mundial. El capitán recibió el balón en tres cuartos de cancha, avanzó con su clásica conducción orientada y definió con precisión, dejando sin opciones al portero rival. Su intervención no solo cambió el ritmo del partido, sino que también elevó el nivel colectivo del equipo, que encontró en él la chispa necesaria para sostener el dominio. Una vez más, Messi demostró que su talento sigue marcando diferencias.

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