En un mundo donde la búsqueda de la eterna juventud moviliza ingentes cantidades de dinero, un nuevo estudio científico pone el foco en una herramienta mucho más accesible y cotidiana para frenar el envejecimiento: hablar más de un idioma. Una reciente investigación, publicada en la prestigiosa revista Nature Aging , ha concluido que el uso habitual del multilingüismo no solo protege la salud cerebral y física, sino que también ralentiza los procesos biológicos asociados a la madurez.

El trabajo, que cuenta con la participación de destacados investigadores españoles, se basa en un análisis a gran escala con datos de 86.149 personas de entre 51 y 90 años procedentes de 27 países europeos . Sus resultados son contundentes y sugieren que ser bilingüe o políglota podría ser un factor

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