Por ÓSCAR TOBÓN

La tarde del 10 de noviembre de 1996 los hinchas que asistieron a la famosa Bombonera de Buenos Aires no solo presenciaron el encuentro entre Boca Juniors y Unión de Santafé sino también el debut de un joven de 18 años, llamado Juan Román Riquelme, que para ese entonces no vestía la gloriosa camiseta número 10, de la escuadra boquense.

Quien diría que aquel flaco muchacho de figura desgarbada, de hablar poco y mirada triste seria con el paso del tiempo el conductor dentro del terreno de juego de la escuadra más ganadora de la institución de la Rivera, pues con la casaca azul y oro, esta conseguiría títulos locales e internacionales y deslumbraría no solo con su manera de jugar el futbol, no solo a la Argentina sino al mundo entero.

Para hoy quien escribe esta columna la

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