En Belém, delegaciones, científicos y organizaciones civiles exigen que la COP30 dé el paso histórico hacia un acuerdo vinculante que ponga fin a la expansión del petróleo, el gas y el carbón. Denuncian además la influencia récord de lobbies fósiles dentro de la cumbre.
Belém, Brasil. La vigésima conferencia climática que se desarrolla en la Amazonia brasileña avanza en medio de un reclamo global: iniciar la negociación de un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles, una propuesta que gana fuerza entre países vulnerables, pueblos indígenas y organizaciones ambientales, y que busca establecer un camino claro para dejar atrás el petróleo, el gas y el carbón.
La iniciativa resurgió con vigor esta semana luego de que una coalición de países —entre ellos Alemania, Dinamarca, Reino

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