Los chilenos se preparan para ir a las urnas este domingo, donde elegirán a su nuevo presidente en un contexto marcado por el descontento hacia el gobierno de Gabriel Boric, la creciente inseguridad y la situación económica del país. En esta jornada electoral, se renovarán 179 cargos, siendo la presidencia el más destacado. Ocho candidatos compiten por suceder a Boric, quien dejará el cargo el 11 de marzo de 2026. Entre los postulantes se encuentran figuras conocidas como la exministra de Trabajo, Evelyn Matthei, y los excandidatos presidenciales Eduardo Artés, Marco Enríquez-Ominami y Franco Parisi.

Los principales contendientes son Jeannette Jara, del Partido Comunista, y José Antonio Kast, del Partido Republicano. Jara ha sido crítica del gobierno actual y busca representar a la centro-izquierda, mientras que Kast, un abogado ultraderechista, ha centrado su campaña en la seguridad y la migración irregular. Según analistas, si ninguno de los candidatos obtiene más del 50% de los votos, los dos más votados se enfrentarán en una segunda vuelta el 14 de diciembre.

La situación de Boric es complicada, con un 62% de desaprobación según una encuesta reciente. Este descontento se ha visto alimentado por la incapacidad del gobierno para cumplir con las expectativas generadas, especialmente en temas de derechos sociales y la fallida elaboración de una nueva Constitución. Javier Aeloíza, académico de la Universidad Andrés Bello, señala que "la señal es inequívoca" y que la crítica hacia el gobierno ha sido evidente.

La inseguridad es una de las principales preocupaciones de los votantes. Las estadísticas del Instituto Nacional de Estadísticas muestran un aumento constante en el número de víctimas de delitos desde 2021. En 2024, se registraron más de 1.3 millones de víctimas, lo que ha generado un clima de temor en la población. Hernán González, un joven de Iquique, expresó que espera "más mano dura" del próximo presidente para enfrentar la delincuencia.

La economía también es un tema candente. A pesar de ser rica en recursos como el cobre y el litio, la economía chilena ha tenido un crecimiento irregular en los últimos años. Los analistas advierten que el crecimiento económico no ha sido suficiente para mejorar las condiciones de vida de la población, que ha protestado en numerosas ocasiones por la desigualdad.

Con el voto obligatorio en esta elección, se espera que entre cinco y seis millones de nuevos votantes participen. Este cambio podría influir en el resultado, ya que muchos de estos votantes son jóvenes y provienen de sectores socioeconómicos más bajos. La incertidumbre sobre cómo votarán estos nuevos electores añade un elemento de imprevisibilidad a los comicios.

En resumen, las elecciones presidenciales de Chile se desarrollan en un ambiente de descontento social, preocupación por la seguridad y la economía, y con un nuevo sistema de votación que podría alterar el panorama electoral. Los candidatos deberán abordar estos temas de manera efectiva para captar el apoyo de un electorado que busca cambios significativos.