Un grupo de misioneros avanzó entre las chozas con ejemplares recién llegados de Londres. Los esclavos escuchaban en silencio mientras les enseñaban a leer fragmentos bíblicos cuidadosamente elegidos. Aquello parecía un gesto de evangelización, aunque en realidad transmitía obediencia. Las p alabras hablaban de sumisión, de respeto a los amos, de fe sin libertad . Aquellos textos se convirtieron en el vehículo de una enseñanza adulterada que pretendía mantener la calma y evitar cualquier idea de rebelión .
Una edición limitada que eliminó toda idea de libertad
La Biblia de los esclavos nació en 1807 como una versión censurada del texto sagrado publicada por la Sociedad para la Conversión de los Negros Esclavos , una organización de la Iglesia de Inglaterra. El libro, titulado Partes selectas de la Santa Biblia, para uso de los esclavos negros en las Islas de las Indias Occidentales Británicas, eliminaba los fragmentos que podían inspirar deseo de libertad. De los 66 libros protestantes, solo quedaron unos 14. El Antiguo Testamento perdió el relato del Éxodo y el Nuevo omitió la carta de san Pablo en la que se afirma que “en Cristo no hay esclavo ni libre”.
El temor a las revueltas estaba presente en cada decisión británica. Tres años antes se había producido en Haití la primera rebelión triunfante de esclavos que culminó con la creación de un Estado independiente. El recuerdo de ese levantamiento impulsó la censura de los textos religiosos en Jamaica, Barbados y Antigua , donde la población esclava representaba casi la totalidad de los habitantes. Los ingleses buscaron así garantizar que la fe no se convirtiera en herramienta de insurrección .
Los estudiosos coinciden en que fue una manipulación deliberada
El teólogo Robert Beckford , de la Queen’s Foundation de Birmingham, explicó a BBC Mundo que “esta versión de la Biblia es un texto extensamente editado con el propósito de mantener el control de los esclavos”. Beckford añadió que la intención era ofrecer una doctrina que legitimara la servidumbre y la violencia , presentando la obediencia como virtud divina. Según su análisis, los pasajes conservados eran los que reforzaban la sumisión , como aquel en el que san Pablo ordena: “Esclavos, obedezcan a sus patrones con temor y respeto, sin ninguna clase de doblez, como si sirvieran a Cristo”.

El historiador Anthony Schmidt , director de Colecciones del Museo de la Biblia de Washington, coincidió en esa lectura. En una entrevista con BBC Mundo afirmó que “ los editores pretendían manipular a las personas esclavizadas , posiblemente porque creían que historias como la de Moisés podían conducir a una rebelión”. Según explicó, la censura no se realizó frase por frase, sino mediante la supresión de libros enteros considerados peligrosos.
La creación de esta versión coincidió con la abolición del comercio de esclavos en el Imperio británico . Beckford recordó que “el Parlamento prohibió la trata en 1807, pero el sistema se mantuvo durante treinta años más”. Para sostenerlo, los plantadores recurrieron tanto a la violencia física como a la ideología religiosa . El teólogo apuntó que “la Biblia sirvió para promover la idea de que Dios apoyaba la esclavitud ”.
La implicación de la Iglesia anglicana y las disculpas dos siglos después
La Iglesia anglicana participó activamente en la estructura económica de ese sistema. Beckford citó el caso de la Sociedad para la Propagación del Evangelio en el Extranjero , propietaria de la plantación de Codrington en Barbados, donde trabajaban cientos de africanos esclavizados. En 2023, el entonces arzobispo de Canterbury, Justin Welby , pidió perdón por esa implicación histórica y anunció un fondo de 135 millones de dólares destinado a reparar parte del daño causado.
Schmidt destacó que el obispo Beilby Porteus, relacionado con la publicación de la Biblia de los esclavos , defendía una reforma gradual. Según explicó el investigador, los misioneros “ querían mejorar las condiciones de vida de los esclavos y con el tiempo lograr la abolición” . Beckford consideró que esa idea se resumía en el concepto de “ esclavitud cristiana ”, un intento de suavizar el sistema sin eliminarlo de inmediato.
El sacerdote español Jesús Folgado , profesor de Historia de la Iglesia en las universidades Comillas y San Dámaso, señaló que la Iglesia católica no tuvo una versión equivalente . “Los textos bíblicos que la Iglesia anglicana suprimió fueron los mismos que varios papas usaron para condenar la esclavitud”, explicó a BBC Mundo . Recordó que el papa Pablo III declaró en 1537 que “todos los hombres, de todas las razas, deberán gozar de libertad y ser señores de sí mismos”.
A pesar de esas declaraciones, Folgado precisó que en las colonias españolas y portuguesas existieron casos de servidumbre bajo órdenes religiosas . Sin embargo, describió que sus condiciones eran menos extremas que las de las plantaciones británicas del Caribe.
En la actualidad solo se conservan tres ejemplares de la Biblia de los esclavos : uno en la Universidad de Fisk, en Tennessee, y los otros en Oxford y Glasgow. Su existencia es un ejemplo de cómo la religión se utilizó como herramienta de control colonial, pero también cómo algunos de sus textos sobrevivieron para evidenciar la manipulación que sufrieron quienes recibieron una fe mutilada .

ElDiario.es
TMZ
People Top Story
Raw Story