La Habana, 15 nov (EFE).- Una epidemia de dengue y chikunguña, con miles de nuevos casos semanales, está barriendo Cuba, que suma esta crisis sanitaria a la energética, la demográfica, la alimentaria y, la que subyace debajo de todas ellas, la económica.

Esta semana las autoridades del país emplearon por primera vez la palabra epidemia para describir la situación. Fue el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, quien señaló en una reunión de seguimiento del brote de arbovirosis: “Vamos a trabajar esta epidemia como mismo se trabajó la covid-19”.

Para entonces la situación epidemiológica del chikunguña, el dengue y el oropouche -tres enfermedades transmitidas por el picotazo de mosquitos y otros insectos- se había complicado enormemente, comprometiendo las capacidades de respuesta del país.

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