Enojada, rabiosa, exagerada, más diversa que una sola generación, la marcha cubrió del Ángel de la Independencia hasta el Zócalo con gritos comunes: “¡Fuera Morena!”, “¡Fuera Claudia!” y “¡Queremos paz!”.

Al llegar a un Zócalo sin bandera, una parte derribó las vallas de cuatro metros con que el Gobierno protegió el Palacio Nacional entre gritos de “¡Asesinos!,” “¡Asesinos!”, en referencia al asesinato del Alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, ultimado a balazos a pesar de tener protección militar contra el crimen.

Por primera vez, las enormes vallas que usa el Gobierno contra las manifestaciones fueron derribadas. Remachadas con soldadura, ni siquiera la CNTE lo había conseguido un día antes.

El único antecedente fue durante la toma de protesta de Enrique Peña Nieto con un camión en San Lá

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