Fue una exhibición mexicana a partir del ingreso de Gilberto Mora. El segundo tiempo fue bajo la batuta del más joven del equipo y que, sin embargo, es que más entiende de futbol.

México y Uruguay empataron a cero goles en un juego amistoso que se tornó chocante porque se llevó al terreno charrua, ese de los barrios bajos y de los puntapies.

Hasta el ingreso de Mora, el juego estaba en un vaivén de desconexiones en las que el Tri estaba ordenando sus ideas a partir de los jugadores que intenta meter Aguirre en el sistema. Pero dos entrenamientos es poco tiempo para tanto nuevo y se notó.

Una lesión de Lozano, al que las rodillas van de acorde a la edad y la velocidad ya no la tiene, dejó a México a merced de la banca y Aguirre, sin dudar, hizo ingresar para los últimos cuatro minutos

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