Pese al revisionismo histórico y el discurso de la extrema derecha, el desmontaje de la legislación de la dictadura ha llevado a España a la época de mayor libertad y progreso

“Si quieres identificar una dictadura, es muy sencillo: Todo lo que no es obligatorio está prohibido”. La frase del periodista Iñaki Gabilondo ilustra con lucidez casi cuatro décadas de franquismo, pero la desmemoria, el desconocimiento y el revisionismo histórico que practica y difunde la extrema derecha han provocado que esa distinción no parezca tan evidente para más de un 21% de la población que considera, según una encuesta reciente del CIS, que esos años fueron “buenos” o “muy buenos” para el país. La idea de que con Franco vivíamos mejor se ha expresado en el Parlamento —“Este es el peor Gobierno en 80

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