La vidriera de Pieles Federico no pasa desapercibida. Es que el local, ubicado en Maipú entre Córdoba y Rioja, es una verdadera reliquia. Su dueño, Pablo Wurm , hijo de Federico y continuador del negocio, sabe cómo impresionar a los clientes y piensa en cada detalle. La bolsa en la que el cliente se lleva su compra, las perchas, las luces, el vitraux: nada está librado al azar y todo forma parte de la experiencia.

Durante muchos años, se exhibió en la vidriera medio auto . Fue tan impactante aquella estética que, cuando Pablo lo vendió, siguió siendo la referencia para hablar del local. “Capaz estuvo 15 años, pero a la gente le pareció que fueron 50”, cuenta el dueño de la peletería en diálogo con La Capital. Lo cierto es que, con o sin vehículo, la fachada del negocio es inelud

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