Según recoge Informalia , al amanecer, cuando la luz todavía se cuela con desgana entre las calles frías de Ávila, los residentes de la Fundación Decanos despiertan con la rutina que solo se altera para recordarles que el tiempo, allí dentro, avanza a ritmo propio. Ese viernes, sin embargo, la rutina había estallado. A las tres de la madrugada, en una de las habitaciones del ala este, murió asfixiada Encarnación Polo Oliva, 86 años, andaluza, cantante y ocasional actriz, pionera involuntaria de una modernidad que la España franquista apenas sospechaba posible. Para muchos, era Encarnita Polo. Para casi todos, en la residencia, solo era Encarna: una anciana más, cortés y risueña, de paso lento y saludo ceremonioso.

La investigación policial sostiene que fue estrangulada por un

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