Tener un árbol en el jardín resulta siempre algo agradable, además de que tiene múltiples beneficios. Aportan un toque de naturaleza a lugares que de otro modo se verían grises, proporcionan un rincón con sombra para pasar los calurosos días de verano, y algunos incluso desprenden un delicioso perfume fresco .

Un ejemplo perfecto es el alcanforero o Cinnamomum camphor. Se trata de un árbol que ha conquistado millones de jardines gracias a su rápido crecimiento, su denso follaje, que ofrece una sombra generosa y refrescante durante los meses de calor.

Sin embargo, lo que realmente distingue al alcanfor es el aroma que desprende, un perfume inconfundible y potente. Cuando sus hojas se frotan, o incluso cuando el viento las agita, liberan un olor intenso, penetrante, limpio

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