El Zaragoza-Huesca ha evidenciado las carencias de uno de los derbis quizás con peor nivel de fútbol de los últimos tiempos , si no el más pobre de todos. Un gol afortunado de Aguirregabiria, golazo, por supuesto, ha sentenciado a un Huesca que ha pecado de timorato en los primeros minutos, entregando el balón a los de Sellés que, atolondradamente, han avanzado metros sin claridad alguna. Dani Jiménez, de hecho, no ha hecho ni una sóla parada en los 95 minutos de juego.
Pero el fútbol, como decía mi padre, es un juego en el que salen 22 tíos en calzones, 11 contra 11, y gana el que mete un gol más que el contrario, y ese ha sido el Zaragoza.
En cuanto al Huesca, si hubiera que buscar una buena noticia dentro del erial generalizado del que ha brotado alguna flor de cuando en cuando,

El Diario de Huesca

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