En tres décadas, el fútbol español ha cambiado de manos. De los Lendoiro, Gil, Ruiz-Mateos o Lopera -propietarios tan personales como sus clubes- a fondos como Velocity Sports, City Football Group o Ares Management. Para algunos, profesionalización; para otros, pérdida de alma. Los primeros dejaron frases míticas como «¡Viva el Betis!» o «¡Qué te pego, leche!». Los segundos han traído dinero y ambición. El fenómeno no es exclusivo de España: en Europa, el 36% de los clubes de las grandes ligas ya está controlado por capital de inversión. A Wall Street le gusta el soccer, y no por los goles.

Si antes las miradas apuntaban a los petrodólares, hoy mandan los dólares estadounidenses. Han entrado fondos como RedBird, Sixth Street o CVC. El último gran movimiento: Apollo, con más del 50% del At

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