A veces, sin que nadie la haya sembrado, el mburucuyá aparece en el jardín como un visitante misterioso. Sus tallos trepadores buscan la luz, sus hojas verdes se enredan con delicadeza, y de pronto, una flor exótica estalla en colores lilas, blancos y azules. Así se presenta esta planta nativa de Sudamérica, también conocida como pasiflora o flor de la pasión, que regala al final de su ciclo uno de los frutos más aromáticos y nutritivos de la región.
El mburucuyá (Passiflora caerulea) es una planta que crece silvestre en muchas provincias argentinas, desde el Litoral hasta Buenos Aires. Es una especie rústica, resistente y fácil de cuidar, ideal para cubrir cercos, muros o pérgolas con su enramado vigoroso y sus flores que parecen obras de arte natural.
Una joya natural con hi

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