SAPA está sufriendo con su inversión en Indra . La compañía de la familia Aperribay compró en diciembre de 2021 a la Corporación Financiera Alba de los hermanos March el 5% de Indra por algo más de 90 millones de euros firmando un contrato de derivados con Deutsche Bank para protegerse de esta inversión.

Posteriormente, en 2022, SAPA aumentó su participación con nuevas compras por 54 millones de euros hasta alcanzar el 7,9% de Indra , ampliando las coberturas . En total, SAPA ha invertido 144 millones para sentar a Jokin Aperribay , presidente además de la Real Sociedad , en el consejo de Indra.

Pero cuatro años después de este desembolso de SAPA en Indra, la inversión está siendo, de momento, ruinosa. No sólo porque los Aperribay han decidido enfrentarse con Ángel Escribano , presidente de Indra y primer accionista privado con el 14% a través de su empresa familiar, Escribano Mechanical & Engineering, a quién apoya Joseph Oughourlian (7%) y, sobre todo, el Gobierno a través de la SEPI (28%). Sino porque, además, el contrato de cobertura de la inversión firmado con Deutsche Bank le está generando hasta el momento fuertes pérdidas.

Según explica SAPA en su informe anual, cuando adquirió en diciembre de 2021 el 5% de Indra a Alba suscribió «con una entidad financiera, un contrato híbrido de financiación con un collar sobre las acciones a los efectos de financiar y cubrir su coste de adquisición». La entidad financiera era el Deutsche Bank , con quien amplió en julio de 2023 este contrato para ampliarlo hasta 2025 -finalizaba en 2024-.

Además, para la inversión de 2022 de otros 54 millones de euros volvió a suscribir un contrato similar con ING para cubrirse de la cotización de la acción de Indra. En este caso vence en 2026.

Estos contratos le están generando a cierre de 2024 «una posición desfavorable» por valor de 52,4 millones de euros, según señala SAPA en su memoria. «Los instrumentos financieros derivados mencionados anteriormente y contratados en el ejercicio 2023, se han suscrito para cubrir la exposición que presenta el Grupo a los cambios en el valor de la cotización de la acción de Indra. Estos derivados tienen su fecha de vencimiento en los ejercicios 2025 y 2026, respectivamente. De la valoración al 31 de diciembre de 2024 de estos derivados de cobertura, surge un derivado con posición desfavorable por 52.492.124 euros (desfavorable por 33.590.896 euros en 2023)», explica.

SAPA Indra

Además, SAPA se ha apuntado en las cuentas del año pasado casi medio millón de pérdidas por la «ineficacia de las coberturas». «La Sociedad ha registrado un gasto de 423.851 euros en la cuenta de pérdidas y ganancias consolidada debido a la ineficacia de las coberturas bajo el epígrafe Deterioro y resultado por enajenaciones de instrumentos financieros », explica la compañía.

Según explican fuentes del sector, el problema es que SAPA ha firmado un contrato en el que si la acción de Indra subía, los beneficios iban principalmente para la entidad financiera.

El valor de las acciones de Indra en poder de SAPA han cerrado el año 2024 en 239,6 millones de euros, superior a los 196,4 millones a diciembre de 2023.

Además de estas pérdidas, la inversión de SAPA en Indra no le está dando ningún poder dentro de la empresa. Enfrentado a los hermanos Escribano, cuando se oficialice la fusión de Escribano Mechanical & Engineering con Indra, éstos tendrán alrededor del 25% de Indra.

A esto hay que sumar la participación de Oughourlian (7%), que de momento le apoya, y la del propio Estado a través de la SEPI, alrededor de otro 25%.