Puede que les hayas visto probando todo tipo de alimentos , pero sin duda uno de sus vídeos más virales es de los más recientes. Los katamierdas que es como se conocen en redes sociales un padre y su hijo, probaron hace poco un queso asturiano de sobras conocido y lo cierto es que su reacción no tiene desperdicio.

«Padre e hijo a los que les gusta comer», así es como se definen Javier e Udai en su canal de YouTube y en sus cuentas de Instagram y Tiktok, donde acumulan miles de seguidores que están encantados con los muchos alimentos que son capaces de probar. Pero su cata del queso de cabrales ha provocado muchas más reacciones. En el vídeo podemos ver que padre e hijo no reaccionan igual: mientras uno disfruta como si fuese su perdición, el otro no puede ocultar la mueca. Y claro, ahí está la gracia . Uno dice «qué vicio», el otro responde «qué asco». Pero todo desde el humor que les caracteriza y esa complicidad que, al final, es lo que engancha.

Padre e hijo, ‘Los katamierdas’, prueban un queso asturiano

El vídeo arranca de una forma muy suya: enseñando el pequeño decorado que han improvisado gracias al regalo de un seguidor. Pero es el regalo de otro de sus followers el que ha provocado que se hagan virales. Roberto quien sigue a Los Katamierdas desde Asturias, decidió enviarles un par de cuñas de queso de Cabrales.  Y ellos, fieles a su lema de «si nos lo mandáis, lo probamos», no dudaron en dedicarle un vídeo entero.

La escena es tan doméstica como divertida. Javi abre el paquete, Udai observa con cierta desconfianza y, antes incluso de probarlo, el olor del queso ya marca la diferencia entre ambos. «Mira cómo huele», dice el padre con entusiasmo. «Qué asco», contesta el hijo sin pensárselo. No hace falta más: en cuestión de segundos queda claro quién va a disfrutar del momento y quién lo va a sufrir.

Cuando finalmente se atreven, la distancia entre sus opiniones crece. Javi coge un trozo generoso y asegura que «esto es mi vicio». Udai acepta apenas una puntita y confirma lo que ya se intuía: no es para él. “Está buenísimo, tiene picorcillo”, insiste el padre. «Asqueroso», remata el hijo. El contraste provoca la risa de ambos y es justo ahí donde se entiende por qué tienen tanto éxito en redes.

 

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Los katamierdas: así surgió este dúo que dice lo que piensa

Detrás del nombre (que llama la atención, pero sin intención despectiva) hay una historia familiar muy cotidiana. En casa de Javi era habitual la expresión «comprar unas mierdas» para referirse a snacks o chucherías cuando iban al cine o al fútbol. De ahí nació la idea de «probar mierdas», dicho en tono cariñoso y humorístico. Y a partir de ahí, su identidad en redes. Es decir, que al igual que otros creadores de contenido, graban vídeos probando alimentos, muchos de ellos algo sorprendentes, aunque sus reacciones son siempre muy graciosas y lo mejor, transmiten mucha ternura y sinceridad, algo que encanta a sus más de 13.000 seguidores en Instagram, los casi 8.000 en TikTok pero sobre todo a sus más de 340.000 seguidores en su canal de YouTube.

La aventura empezó cuando Javi, viviendo un tiempo en Torrevieja, decidió grabarse probando productos «raros» como por ejemplo patatas de berberechos, de pulpo… cosas que encontraba casi por curiosidad. Mandó el vídeo a amigos y familiares, gustó, y así comenzó un camino que hoy suma publicaciones constantes en las mencionadas redes sociales, dónde son cada vez más y más populares.

Y aunque los protagonistas que aparecen en todos los vídeos son Javi y Udai, la familia entera participa. Nerea, la madre, y su otra hija ayudan con los enfoques, montan las tomas y forman parte del proceso. Y hay una regla sagrada: la primera toma es la que vale. No repiten. No graban reacciones ensayadas. Lo que se graba es lo que sale.

Productos del mundo, viajes y curiosidad infinita

En sus vídeos han probado desde patatas fritas de sabores imposibles hasta dulces de monjas de Plasencia. También alimentos asiáticos que compran en tiendas especializadas de Bizkaia, quesos de Uzbekistán que llevó el hermano de Javi, o incluso productos exóticos que les llegan desde países donde nunca han estado.

Lo mismo se atreven con una pizza de nocilla y mostaza, que con una tortilla de patata con conguitos y gominolas. Y sí, también tienen pendiente un bocadillo «un poco guarrindongo», como ellos mismos lo describen. Su filosofía es simple: lo prueban todo. No hace falta que sea comida rara; a veces basta con coger ese producto que llevan años viendo en el súper y que nunca habían probado. Y es lo que ha pasado con el famoso queso de Cabrales y una reacción sincera que ya se ha hecho viral.