Treinta años después de aquel asesinato que conmocionó a la comunidad latina, el legado de Selena vuelve a ocupar un lugar central en la cultura popular. La artista texana, convertida en icono global tras su muerte, recupera voz y presencia en un documental de Selena que Netflix estrenó este lunes y que se adentra en su vida más íntima.

La directora Isabel Castro reconoce que este proyecto nació también de una búsqueda personal. “Selena me ayudó a entender quién soy y a sentir orgullo por mi identidad”, explica en conversación con EFE. Esa conexión fue el motor para construir una narrativa basada en recuerdos y grabaciones familiares conservadas por los Quintanilla, muchas de ellas realizadas por Suzette, la hermana de la cantante.

El documental de Selena reconstruye el ascenso fulminant

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