El satélite Sentinel-6B despegó esta madrugada con el objetivo de vigilar desde el espacio los océanos de la Tierra, continuando unos registros científicos que comenzaron hace más de tres década s.
El lanzamiento, realizado mediante un cohete SpaceX Falcon 9 desde California, marca un nuevo capítulo en la monitorización del cambio climático y representa la culminación de años de trabajo conjunto entre agencias espaciales estadounidenses y europeas.
Precisión milimétrica desde el espacio
Sentinel ha asumido la responsabilidad de medir con precisión milimétrica la altura de los mares, una información vital para proteger a millones de personas que viven en zonas costeras y para comprender cómo nuestro planeta está cambiando.
La misión Sentinel-6B es el resultado de una colaboración sin precedentes entre la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA ), la Organización Europea para la Explotación de Satélites Meteorológicos (EUMETSAT), la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos y la Unión Europea a través de su programa Copernicus.
El despegue se produjo a las 6:21 horas del huso horario centroeuropeo y, menos de una hora después, el satélite contactó con una estación terrestre en Canadá, confirmando que todos sus sistemas funcionaban correctamente .

Medir los océanos de forma milimétrica
La tecnología que porta Sentinel-6B es a la vez sofisticada y elegante en su simplicidad. El satélite, del tamaño aproximado de una camioneta pickup , utiliza un altímetro de radar que funciona enviando pulsos hacia la superficie terrestre y midiendo el tiempo que tardan en regresar.
Al combinar estos datos con información precisa sobre la posición del satélite en el espacio, los científicos pueden calcular la altura del nivel del mar con una exactitud de apenas unos centímetros .
Esta precisión resulta fundamental porque el nivel del mar no es uniforme en todo el planeta. Las corrientes oceánicas, las diferencias de temperatura y otros factores hacen que el agua esté más alta en unos lugares que en otros, y Sentinel es capaz de detectar estas variaciones desde su órbita a 1.336 kilómetros de altitud .
Registros científicos
El Sentinel-6B no parte de cero, sino que se suma a una cadena de observaciones que comenzó en 1992 con el satélite franco-estadounidense Topex-Poseidon y continuó con la serie Jason.
Su predecesor inmediato, Sentinel-6 Michael Freilich, fue lanzado en noviembre de 2020 y se ha convertido en el satélite de referencia mundial para las mediciones del nivel del ma r. Todos los demás satélites que miden esta variable comparan sus datos con los de Michael Freilich para garantizar su precisión.
Trece órbitas diarias
Durante las próximas semanas, ambos satélites volarán juntos, separados por apenas treinta segundos , para calibrar sus instrumentos y asegurar que las mediciones de Sentinel-6B sean perfectamente compatibles con el registro histórico.
Una vez completado este proceso, Michael Freilich se trasladará a una órbita diferente y el nuevo satélite asumirá el papel de referencia oficial, completando unas trece órbitas diarias que le permitirán cubrir aproximadamente el noventa por ciento de los océanos del planeta.
Monitorizar el mar y los huracanes
Aunque su misión principal es monitorizar el aumento del nivel del mar, las capacidades de Sentinel van mucho más allá. El satélite también mide la velocidad del viento, la altura de las olas, la temperatura atmosférica y la humedad . Esta información combinada resulta crucial para predecir el desarrollo de huracanes, que se intensifican sobre aguas más cálidas.
Las mediciones de altura del mar permiten además identificar las zonas más cálidas del océano , ya que el agua se expande al aumentar su temperatura. Los científicos pueden así rastrear grandes corrientes como la del Golfo y prever dónde se encontrarán con sistemas de olas, creando condiciones peligrosas incluso para los barcos más grandes.
Un guardián esencial para el mundo
Los datos que proporciona Sentinel tienen aplicaciones directas en la vida cotidiana de millones de personas. Las predicciones de inundaciones , por ejemplo, se basan en estas mediciones, con información vital para proteger infraestructuras costeras, propiedades inmobiliarias, instalaciones de almacenamiento de energía y otros activos en zonas litorales. El sector naviero comercial, la pesca, la defensa nacional y los servicios de emergencia también dependen de esta información.
La cooperación internacional que ha hecho posible esta misión demuestra que los desafíos globales requieren respuestas coordinadas. El satélite incorpora instrumentos desarrollados por el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA , incluyendo un radiómetro avanzado de microondas que corrige las interferencias causadas por el vapor de agua atmosférico, garantizando así la máxima precisión en las mediciones .
Cambio climático y vigilancia constante
Con el aumento del nivel del mar situado en lo alto de la agenda global, la misión Sentinel-6 se ha diseñado como el nuevo estándar de referencia para las mediciones de altura oceánic a, ofreciendo datos con mayor precisión que nunca.
Los científicos estiman que e l nivel medio del mar ha aumentado significativamente desde que comenzaron las mediciones por satélite , y mantener un registro continuo y preciso resulta esencial para comprender este fenómeno y sus consecuencias.
El lanzamiento exitoso de Sentinel-6B garantiza que este registro científico crucial no se interrumpirá durante al menos los próximos cinco años , el tiempo de vida operativa previsto para el satélite.
Esta continuidad en las observaciones permite a los investigadores detectar tendencias a largo plazo, distinguir entre variaciones naturales y cambios provocados por la actividad humana, y p roporcionar a los responsables políticos la información necesaria para tomar decisiones fundamentadas sobre adaptación al cambio climático y protección de las poblaciones costeras del planeta.

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