Durante un año, la familia de Mohamed Saad no supo si estaba vivo o muerto. El pescador egipcio de 28 años había salido a faenar como de costumbre frente a la costa de Sharm el-Sheikh, en la península del Sinaí, Egipto, y nunca regresó. Sus familiares lo buscaron durante meses sin obtener respuesta de las autoridades. Cuando finalmente oyeron su voz, provenía de una prisión en Tabuk, en el norte de Arabia Saudita, donde Saad dijo estar detenido por cargos de narcotráfico.

El 21 de octubre, el Estado saudí lo ejecutó, ocho años después de su detención. La familia se enteró de su muerte a través de un compañero de celda. La agencia oficial de noticias saudí informó que un tribunal lo había declarado culpable de traficar pastillas de anfetamina. Hasta el momento, las autoridades saudíes no h

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