Amado Herrero Actualizado Lunes, 17 noviembre 2025 - 21:06
Una nueva investigación muestra que la vida deja más huellas de lo que nadie había imaginado. Débiles susurros químicos, ocultos en lo más profundo de rocas con una antigüedad de 3.300 millones de años , audibles sólo para aquellos capaces de detectarlos. Científicos de la Institución Carnegie para la Ciencia en Washington (Estados Unidos) han aplicado un nuevo método para identificar pruebas químicas de esa vida primigenia, además de indicios moleculares de que la fotosíntesis ya se producía hace 2.500 millones de años (más de 800 millones de años antes de lo que se había documentado anteriormente).
Combinando pruebas químicas de vanguardia y modelos de inteligencia artificial, un equipo multidisciplinar de la institució

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