Un intenso temporal de viento ha golpeado con fuerza a la Patagonia, dejando a la población en estado de alerta máxima. Este fenómeno meteorológico, que se registró el lunes 17 de noviembre, ha causado daños significativos en las provincias de Chubut y Santa Cruz. En Caleta Olivia, tres barcos pesqueros artesanales, pertenecientes a la Flota Amarilla, se hundieron en el puerto debido a ráfagas de viento que alcanzaron hasta 150 km/h. Las embarcaciones afectadas son el Yakisa, Barracuda y Alborada.
La Unidad Ejecutora Portuaria de Santa Cruz (UNEPOSC) informó que las condiciones climáticas fueron determinantes para el hundimiento de las naves. A pesar de la magnitud de los daños materiales, no se reportaron heridos. Las autoridades han activado un operativo de emergencia para evaluar la situación y coordinar la recuperación de los barcos, aunque las operaciones se suspenderán hasta que las condiciones mejoren.
El Servicio Meteorológico Nacional ha emitido una alerta roja, advirtiendo sobre la posibilidad de ráfagas extremas que afectan a varias localidades, incluyendo Pico Truncado y Las Heras. En Puerto Deseado, las autoridades han instado a los ciudadanos a permanecer en sus hogares debido a los peligros que representan las condiciones climáticas.
La tormenta ha causado cortes de energía y daños en la infraestructura, con postes y árboles caídos en diversas áreas. En Caleta Olivia, se registraron más de cien intervenciones de emergencia por voladuras de techos y daños estructurales en viviendas. Las cuadrillas de Protección Civil han sido desplegadas para asistir a las familias afectadas y coordinar evacuaciones en las zonas más vulnerables.
En Chubut, la situación es aún más crítica. Comodoro Rivadavia ha experimentado ráfagas de viento que han superado los 300 km/h, lo que ha llevado al gobernador Ignacio Torres a declarar la emergencia climática. Las clases han sido suspendidas, y se han cerrado bancos y oficinas públicas. Las autoridades han prohibido la circulación en rutas estratégicas para prevenir accidentes.
Los daños en la infraestructura son alarmantes, con techos arrancados y la caída de una antena televisiva histórica. Además, se han reportado incendios provocados por la combinación de viento extremo y sequía. Los vuelos desde el aeropuerto de Comodoro han sido cancelados, y muchos barrios se encuentran sin agua potable debido a la caída de postes y árboles que han afectado los sistemas de energía y acueductos.
Las autoridades continúan trabajando para contener los daños y asistir a la población, mientras la situación sigue siendo monitoreada de cerca. La comunidad se enfrenta a uno de los temporales más severos en décadas, lo que ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de la región ante fenómenos climáticos extremos.

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