La pericia de los pilotos de Aerolíneas Argentinas -vuelo 1824- logró estabilizar el avión que decoló de Buenos Aires a las 7.30 y tenía como hora de aterrizaje en Comodoro las 10.30. Debido a las fuertes ráfagas, ello fue una misión imposible.

Tras varios intentos sin éxito, debieron desistir ante las turbulencias que tuvieron en vilo a gran parte de los pasajeros. Su parada obligada fue la ciudad de Neuquén. Allí se comenzaron a barajar dos posibilidades mientras crecía la incertidumbre entre los pasajeros.

Por un lado se pensaba en volver al aeroparque Jorge Newbery, mientras se seguía minuto a minuto la situación en Comodoro, ya que se pensó en volver a realizar un intento luego de las 18.

Finalmente, se decidió embarcar a las 19.30 con destino al aeropuerto local Enrique Mosconi, d

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