España ya tiene el pasaporte listo para el Mundial del próximo año, a falta solo de estamparle el sello oficial este martes en Sevilla, pero se exige mucho más. Tras superar las cinco primeras jornadas de la fase de clasificación con un balance inmaculado de cinco victorias, diecinueve goles a favor y ninguno en contra, el combinado que dirige Luis de la Fuente aspira a completar una faena perfecta en tierras hispalenses, digna de esas que en la Plaza de Toros de la Maestranza son más que suficientes para cortar las dos orejas y el rabo.
Para lograrlo deberá superar a Turquía, condenada a pasar por la repesca pese al triunfo que obtuvo el sábado sobre Bulgaria a menos que La Roja sufra una hecatombe de proporciones bíblicas frente a un rival al que despedazó en septiembre. Konya fue testi

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