Por Alejandro Piña

Coordinador Estatal de Movimiento Ciudadano en la CDMX

Cada día, miles de capitalinos viven la misma paradoja: trabajan en la ciudad, pero cada vez viven menos en ella. Lo que alguna vez fue símbolo de oportunidades y diversidad, hoy se ha convertido en un territorio que expulsa a su propia gente. En la Ciudad de México, la vida se volvió cara —demasiado cara— para quienes sostienen esta gran urbe.

Rentar un departamento se volvió misión imposible. Las rentas duplican o triplican el ingreso promedio de una familia. Los jóvenes que buscan independizarse descubren que no hay manera de pagar un techo sin renunciar a media quincena. Familias que habitaban barrios céntricos fueron empujadas a la periferia, con precios todavía accesibles, sin embargo, el costo real se mi

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