Con la llegada de los primeros días cálidos, la demanda de helado crece de manera sostenida en todo el país y anticipa una temporada de consumo más intensa que la del invierno.

Este incremento, que suele acelerarse entre noviembre y marzo, obliga a reforzar la planificación logística , especialmente en lo que respecta a la cadena de frío , uno de los sistemas más exigentes del sector alimentario.

El helado es un producto extremadamente sensible a las variaciones térmicas . Cualquier oscilación por fuera del rango recomendado —generalmente por debajo de los -18°C— puede afectar su textura, seguridad y vida útil. Con temperaturas externas más elevadas, las flotas refrigeradas, los centros de almacenamiento y los puntos de venta deben operar bajo un nivel mayor de exigencia

See Full Page