El regreso de la represión

Max Cortázar

La movilización no fue sólo de jóvenes. La Generación Z abrió la puerta, pero detrás venía algo mucho más profundo, familias enteras, trabajadores, estudiantes, profesionistas, personas hartas de vivir entre violencia, impunidad y sin esperanzas de futuro, así como un gobierno que actúa como si la exigencia ciudadana fuera un desafío personal. La marcha exhibió el desgaste político del régimen, pero también mostró algo más peligroso para Palacio Nacional: el despertar de un electorado que ya no tiene miedo.

El gobierno respondió con la lógica clásica del poder cuando se siente amenazado: minimizar, controlar, encapsular. La cifra oficial de 17 mil asistentes no coincide con las imágenes que todos pudimos ver el domingo pasado. Pero, más allá del n

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