La actitud soberbia de los líderes de la 4T (“nos apoya todo el pueblo”) se combina con una conducta defensiva y temerosa frente a cualquier expresión de disidencia. Ese miedo no es otra cosa que intolerancia.

La presidenta Sheinbaum ejemplifica esta conducta. Se negó a visitar Uruapan en vida de Carlos Manzo, presidente municipal independiente y se apresuró a descalificar las marchas de la Generación Z diciendo que eran organizadas “por la derecha”.

Ella deforma en su mente el poder que ostenta. Cierto, representa al pueblo de México porque ganó las elecciones presidenciales, pero las ganó por mayoría ; No todos los mexicanos votamos por ella y, por otro lado, el pueblo de México no es una sociedad monolítica y servil que le rinda veneración a una persona, por virtuosa que sea. No som

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