En la madrugada del martes 18 de noviembre, la cochera de la empresa de transportes El Rápido, ubicada en San Martín de Porres, fue blanco de un ataque armado. Al menos seis disparos impactaron en el portón principal de las instalaciones, intensificando la crisis de extorsiones que afecta al sector transporte en Lima Norte.

Testigos relataron que dos individuos en motocicleta se detuvieron frente al patio de maniobras y abrieron fuego. La Policía Nacional del Perú encontró varios casquillos en el lugar durante la inspección posterior al ataque. Afortunadamente, no se reportaron heridos, ya que la puerta del recinto se encontraba cerrada en el momento del incidente. Sin embargo, la presencia policial se mantuvo para garantizar la seguridad en la zona.

Los especialistas en criminalística están analizando las pruebas balísticas para determinar el tipo de armas utilizadas, que podrían incluir modelos automáticos. La comunidad local se encuentra en un estado de miedo tras escuchar los disparos, y muchos trabajadores de la empresa optaron por no hacer declaraciones debido a su evidente preocupación.

Este ataque se suma a una serie de incidentes violentos relacionados con extorsiones en el sector transporte. Recientemente, otra unidad de la empresa San Germán también fue atacada, lo que ha elevado la alarma entre los transportistas formales. Martín Ojeda, vocero de Transportes Unidos, advirtió que el gremio podría convocar un paro de 48 horas si se producen más atentados. “Disculpen que sea tan duro, que la población nos entienda, pero lamentablemente un atentado más y el paro será de 48 horas”, declaró Ojeda.

El Rápido ha sido víctima de ataques previos, lo que ha generado interrupciones en su servicio y un clima de temor entre sus empleados. Las extorsiones en la zona han incluido amenazas y exigencias de pagos a cambio de “protección”.

El Ministro del Interior, Víctor Manuel Torres Falcón, tiene programada una reunión con representantes del sector transporte para abordar la situación, aunque no se ha confirmado su presencia en el lugar del ataque. La comunidad permanece atenta a posibles anuncios oficiales y a un refuerzo en la seguridad. Estos ataques impactan directamente en la movilidad urbana y en la percepción de seguridad de miles de usuarios que dependen del transporte público en Lima Norte, creando un ambiente de incertidumbre para conductores y pasajeros.