La Navidad se acerca y, como cada año, muchas familias comienzan a planificar cómo será la decoración para una de las fechas más esperadas. El Árbol de Navidad , símbolo indiscutido de estas celebraciones, suele ocupar el centro de la escena y convertirse en un ritual compartido: elegir los colores, renovar los adornos, revisar las luces y sumar algún detalle nuevo. Sin embargo, especialistas en decoración aseguran que este clásico podría quedar en segundo plano en 2025, desplazado por una nueva tendencia que ya empieza a ganar terreno.

Más allá de su valor afectivo, el árbol tradicional presenta algunas desventajas: ocupa mucho espacio, requiere inversión anual para mantenerlo actualizado y, en muchos hogares, termina siendo “territorio de riesgo” para las mascotas —especialmente

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