18 de noviembre de 2025 - 10:55
En el corazón del Chaco algodonero, en los lotes donde cada campaña se libra una batalla silenciosa, un enemigo diminuto vuelve a estar en el centro de la escena: el picudo algodonero (Anthonomusgrandis), la plaga que desde hace décadas desafía a productores, técnicos y a toda la cadena algodonera.
Un reciente estudio del INTA y del Conicet aporta nueva evidencia científica para comprender mejor cómo se comporta este insecto en la Argentina. Y, sobre todo, qué estrategias pueden afinarse para reducir su presión sobre los cultivos. La clave: la morfología del picudo cambia según la región y la estación del año, un dato que puede modificar la manera en que se planifican las medidas de control.
“Este tipo de trabajos nos permite detectar patrones de variació

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