La decisión del presidente Gustavo Petro de suspender la cooperación en inteligencia con EE. UU. tiene un lado irónico que poco se ha comentado. Mientras Petro toma una postura cada vez más férrea contra los ataques de la administración Trump a botes sospechosos de narcotráfico, su gobierno el 11 de noviembre retomó bombardeos aéreos contra las disidencias de Iván Mordisco en Guaviare.

El punto no es equiparar las acciones de los dos gobiernos sino destacar que la administración de Petro, a pesar de su retórica, ha recurrido cada vez más a la fuerza militar para combatir los grupos al margen de la ley. Lo anterior refleja una tendencia clara a nivel regional. Frente a la creciente amenaza del crimen organizado, y las exigencias de los votantes de respuestas rápidas, los políticos

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