Las pérdidas económicas ocasionadas por la irrupción de la inteligencia artificial son una causa justificada para despedir a un trabajador. Así lo ha avalado el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León , que en una sentencia pionera reconoce "la transformación profunda " generada por los algoritmos y la computación cognitiva como una causa objetiva de despido . Los magistrados ven lícito el proceder de una empresa especializada en traducciones que cesó a una empleada alegando números rojos . La corporación los ha justificado por el descenso en la facturación que le ha provocado la irrupción de la IA, en tanto que parte de sus clientes han dejado de contratar sus servicios porque traducen ahora sus textos con programas informáticos.

El avance tecnológico a lo largo

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