La decepción es una experiencia inevitable en la vida. Todos, en algún momento, hemos sentido ese vacío que dejan una expectativa no cumplida, una promesa rota o una ilusión que se desvanece. Y, aunque duela, la decepción puede transformarse en una herramienta poderosa de aprendizaje y evolución . No es un obstáculo aislado, sino un punto de inflexión que nos obliga a detenernos, reflexionar y reevaluar el rumbo.

Forma parte del camino y no discrimina: aparece en lo personal, lo profesional, lo académico o lo social. A veces surge por decisiones propias ; otras, por acciones ajenas. Pero en todos los casos cumple una función similar: nos empuja a mirar hacia adentro . La decepción nos invita a revisar nuestras expectativas, reconocer nuestras vulnerabilidades, ajustar aquello qu

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