El reciente atentado contra un medio de comunicación, RCN, en Cali, debe ser un llamado de alerta para las autoridades de la ciudad, del Departamento y en particular para el Gobierno central, pero también para la comunidad de la prensa nacional y regional. Acciones como estas demuestran que los esfuerzos para combatir a los grupos armados al margen de la ley no han sido suficientes para frenar la escalada de violencia y terrorismo que hoy padecen Cali y el Valle del Cauca.

Aún más preocupante: si bien los últimos actos terroristas en Cali han estado dirigidos a blancos asociados al Estado —como los CAI o la Base Aérea—, es la primera vez en la historia reciente que el blanco escogido es un medio de comunicación. Esto demuestra una ampliación del rango de acción y la legitimización de la

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