El crimen, ocurrió en 2001 y estremeció a todos los salteños.
La noche previa a su muerte, el Padre Ernesto Martearena compartió una cena en un restaurante ubicado frente a la parroquia Nuestra Señora de Fátima (Caseros y Junín), donde ejercía como párroco y residía solo. Junto a un colega sacerdote y un abogado amigo, disfrutó de una velada tranquila , sin advertir que vivía sus últimas horas, en un paralelismo inevitable con la "última cena" del relato bíblico: rodeado de afectos, ignorando que uno de sus allegados lo traicionaría.
Esa misma noche, el sacerdote regresó a su casa parroquial. Según consta en la investigación, alrededor de las 2 de la madrugada del lunes, tocaron a su puerta dos personas de su entorno: su ahijado Javier Alanis Colauste, de 21 años, y el monaguill

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