Mañana del 20 de noviembre de 1845. La flota anglofrancesa se pone a tiro de cañón y la banda de Patricios corta el tenso silencio con los primeros acordes del Himno. El coro de soldados produce un emotivo in crescendo: “¡O juremos con gloria morir! ”.

Los primeros disparos hacen blanco en cinco barcos. Pero cerca del mediodía las baterías argentinas están casi sin municiones y tres naves logran cruzar las cadenas. Desde la batería “Manuelita”, Juan Thorne se esfuerza por frenarlos. Es inútil. Cae un cañonazo. Thorne recibe un duro golpe en la cabeza. Pierde la audición. Será luego famoso como el “sordo de Obligado”.

Victoria pírrica: al concluir los combates, sobre 2000 hombres los argentinos cuentan 240 muertos y más de 400 heridos; los enemigos, sufren cerca de 150 bajas. Inglefield

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