Hay algo especial en preparar un café cuando la casa aun está tranquila. Ese momento en que la cocina empieza a oler a tostadas , sujetas una taza calentita entre las manos y parece que el día todavía no ha empezado. Es un ritual pequeño, pero que cambia las mañanas . Y cuando la cafetera que tienes delante no es un aparato, sino un objeto bonito , compacto y que siempre está listo, la sensación es todavía más placentera.

Por eso este modelo De'Longhi Dedica encaja tan bien en casas donde el café importa . No hace ruido visual, no ocupa media encimera y no exige grandes conocimientos. Solo te invita a pulsar un botón y a disfrutar. Y si encima llega , cuesta no imaginar ese pequeño rincón del café convertido en algo más acogedor, más tuyo.

Según hemos podido comprobar en la

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