El auge del comercio electrónico ha cambiado radicalmente nuestra forma de comprar productos, pero también nos ha dejado a un protagonista silencioso que se tiene que enfrentar a una nueva carga de trabajo: los porteros de edificios. Cada paquete que llega a tu casa tiene que pasar por sus manos, y no siempre es fácil. La avalancha de envíos aumenta semana tras semana, y ellos se convierten en el eslabón invisible que garantiza que nuestros pedidos lleguen a salvo.

UN DESAFÍO DIARIO

Isabel, como muchos españoles, realiza al menos un pedido por Internet al mes, y en ocasiones incluso cinco o seis. En 2024, España registró más de 412 millones de transacciones online, y cada pedido trae consigo un efecto colateral que solemos ignorar: el embalaje. Cajas, sobres, plásticos y papeles qu

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