Aunque la conversación sobre viajar suele girar alrededor del presupuesto o la disponibilidad de días libres, una fotografía distinta empieza a dibujarse cuando se mira más de cerca lo que los colombianos proyectan para los próximos años. Las motivaciones que moverán sus decisiones en 2026 no se limitan al cálculo financiero; responden a búsquedas mucho más íntimas, emocionales y hasta experimentales.

El cambio de enfoque no llega por casualidad. Tras años en los que la rutina, la incertidumbre laboral y la presión del día a día marcaron el ritmo, muchos viajeros comenzaron a ver las salidas, cortas o largas, como un espacio para reconectar con ellos mismos. Esa necesidad de pausa está detrás de un viraje que plataformas como Booking.com ya empiezan a registrar en sus predicciones para

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