Tres palabras, cinco sílabas y catorce letras cambiaron el rumbo del país hace 50 años. Franco ha muerto. La noticia que adelantaron las agencias en la madrugada del 20 de noviembre de 1975 fue confirmada horas después por un compungido Arias Navarro, entonces presidente del Gobierno, en un mensaje televisado que quedaría grabado en el imaginario colectivo. Entre la expectación y la incertidumbre, la sociedad española acogió con el aliento contenido el fin de una era.

Si bien es cierto que el desenlace del régimen empezó a fraguarse un tiempo antes, la larga agonía discurrió en paralelo al empeoramiento del estado de salud del jefe del Estado. Los problemas de salud que arrastraba desde el verano de 1974, se agravaron hasta llegar a una situación crítica. El general sufrió un infarto dos

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