El bagel, ese pan redondo con corazón de agujero y una historia tan artesanal como sabrosa, se convirtió en uno de los panificados más versátiles de la pastelería moderna. Firme por fuera, suave por dentro y perfecto para versiones dulces o saladas, vuelve a ganar protagonismo de cara a las celebraciones de fin de año: aparece en brunchs, mesas festivas y propuestas de catering donde importa tanto la textura como la presentación.

“El bagel es mucho más que un pan: es una técnica y una textura inconfundible. Cada etapa, desde el amasado hasta el hervor, influye en su personalidad final”, explica Gastón Vila, cofundador de Bagels & Bagels y responsable de los procesos de cocina y producción. A continuación, los pasos esenciales para lograrlo en casa.

1- LA MASA, SIMPLE PERO PRECISA

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