"Me voy corriendo que van a cortar las calles". Una mujer huía del Mercado Central. Eran las diez de la mañana y estaba a punto de saltar la alarma que avisaba de un posible tsunami. ¿Miedo?, ¿desinformación? De todo un poco. Los detallistas se quejaban de que el simulacro había dejado a muchos clientes en sus casas. En la Plaza de Abastos de esta gran población lucía este jueves menos público de lo habitual. Al menos a la hora señalada de la alerta. "Muchas clientas me dijeron ayer que hoy no venían a comprar por si acaso", confirmaba Francis, propietario de un puesto de frutas.

Poco antes de las 10.03, la Hora H que luego se retrasó diez minutos, la Plaza y sus alrededores se desperezaba. Esmeralda Remesal, recovera, preparaba sus víveres mientras apuntaba que "hay menos gente que otro

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