CIUDAD DE MÉXICO, 20 de noviembre de 2025.- María dejó la escuela de negocios después del segundo módulo. No era que careciera de disciplina o ambición: tenía dos hijos pequeños, una reunión de junta directiva cada martes y una cascada de proyectos que requerían atención constante. Sin embargo, la universidad le ofreció un plan de estudios que contemplaba temas de marketing de los años 80´s, teorías que no aplicaría jamás y análisis estadísticos que no aportaban valor a su trabajo diario. María necesitaba otra cosa: entender cómo comunicarse mejor con culturas diversas en sus nuevas oficinas en Singapur, cómo liderar con mayor conciencia a un equipo remoto agotado y, sobre todo, cómo innovar en un mercado que cambiaba cada trimestre. Lo que la mayoría de programas ofrecía no respondía a su

See Full Page