En una operación conjunta entre las fuerzas de seguridad de Brasil y Colombia, se destruyeron al menos 34 embarcaciones mineras ilegales, conocidas como “dragas”, que operaban en el río Puré, en la región amazónica fronteriza. Las estructuras intervenidas habrían sido utilizadas por la red criminal “Comandos de Frontera” para extraer oro ilegal.

La maquinaria, valorada en aproximadamente 5 millones de dólares, incluía no sólo dragas, sino también balsas cargadas de combustible, botes y miles de galones de gasolina. Según los reportes, las dragas eran responsables de la producción ilegal de oro, que generaba ingresos estimados en 25 millones de dólares al año para la organización criminal.

Las autoridades señalaron que la minería ilegal estaba produciendo graves daños ambientales: los equ

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