Cuando los días son lisos, exuberantes, surge la necesidad de “aprovecharlos”
Tengo un amigo que dice frases extraordinarias sin intención de que sean extraordinarias. Las va soltando acá y allá, involuntariamente, como pinceladas virtuosas. En plena pandemia, y después de mucho tiempo sin poder hacerlo, fue hasta el microcentro de Buenos Aires y me hizo un reporte de ese sitio que entonces nos resultaba tan lejano como Manila: “Están las cosas, pero hay algo que no está. Es como si se estuviera haciendo el ensayo de una obra, pero todavía no es el estreno y no se sabe cuándo va a ser”. Hace poco, después de una seguidilla de días preciosos, me dijo: “Necesito que llueva. Los días lindos son tan exigentes”. No hay palabra más exacta: exigentes. Esos días parecen recordarnos que es impos

El PAÍS América

People Top Story
AlterNet
The Daily Beast
Just Jared
Major League Soccer
Newsweek Top
Akron Beacon Journal