Noviembre llega con ese aroma particular a definiciones, a conversaciones en voz baja, a balances y a futuros posibles. En esta recta final hacia los procesos electorales que se avecinan, Pasto vuelve a mirarse al espejo de su historia: una ciudad que ha resistido, que ha cuidado su identidad, pero que también reclama con firmeza el derecho a un desarrollo justo, sostenible y digno.

El debate ya no puede ser el mismo de siempre. No se trata de elegir rostros conocidos o repetir recetas agotadas. Se trata de saber decidir. Decidir con criterio, con memoria, con propósito. Pasto continúa siendo una ciudad pujante, creativa, capaz de reinventarse en medio de la adversidad. Sin embargo, esa energía requiere líderes que estén a la altura del momento histórico: hombres y mujeres capaces de gest

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